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| Tomohide Ikeya |
como el agua sucia
encara a la vieja alcantarilla
Como a un ovillo infinito
Te observo en mi memoria
perdida entre sus tentáculos
Escapar de ti, imposible
De ti huir
Con bailes que me oculten entre la multitud
Muchedumbre, Enjambre, Colmena
Tribu que danza, ajena a las guerras
En mi salón, dormido
Te oteo y cierras los ojos
rezumas melancolía, frío
Tu aliento...
Te quiero salvar
pero te me escapas de la vida
te me vas tan lejos que no puedo, siquiera, pensar en seguirte
Y de repente todo fluye
valiente, me atrevo a mirar tus ojos
a escribir un mensaje secreto
que viaja a la velocidad de la luz
Y se pierde en este laberinto de seda
que es ese pelo tuyo
Pero te me hundes profundo bajo las olas
del desaprensivo paso de los segundos
Y te me olvidas, de una vez por todas,
de que existo
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