Todo empieza igual que acaba

Oda al canario.


¿De dónde viene ese ruido?,
miras con desconcierto el límite de la cama
un montones de dedos hinchados,
las lapas.
Te gusta acariciar,
acariciar ideas, masturbarlas.
Te gusta el vino peleón, barato. 
Te gustan las noches cálidas
en las que todo empieza igual que acaba,
noches en las que el aire es tan caliente 
que te destroza los labios
noches isleñas
en las que todo es suave y amable
en las que nada más importa
y te pierdes, mecida por olas que no están cerca
horas en la puerta de tu casa
viendo empañarse los cristales
dejándole escapar sin que lo sepan.
Engañándose. Los dos.
Siempre les quedará eso
                                                
                                            ...y los nombres de sus hijos. 

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