Muñecos

Y lo peor es que nos rodeamos de cosas, de objetos, de materiales absurdos que no nos sirven para nada pero que nos hacen sentir un poquito menos solos y un poquito más aceptados. Convertimos a los amigos en cosas, cosificamos a nuestra familia, embalamos a nuestros hijos para desembolverlos en el salon de casa y ver si hacen juego con las cortinas. Pedimos niños chinos o encargamos bebes con los ojos azules y el pelo negro, para que gateen sobre nuesto piso a cuadros de ajedrez.
Nos gusta que todo este bien para no sentirnos solos, le ponemos etiquetas a los sentimientos y precio al amor, usamos el sexo y lo enmarcamos y lo ponemos sobre la cama, "Corrida numero 3426". Cosificamos y deshumanizamos, damos vida a los muñecos que asienten ante nuestas incongruencias...

Y todo porque el humano esta solo, solo, solisimo, solo.

1 comentario:

–La Solipsista Sorprendida– dijo...

sabes que acabo de descuubrir a los axolotes y son magníficos??
Luego me leeré el relato de Cortazar que tiene sobre ellos!
oye! se te echó de menos en la presentación!!!
besito guapa!