La paranoia
Escribí y borré. Entonces explotó una lágrima de uno de mis ojos que poco a poco recorrió mi cara, dejando su rastro húmedo sobre mis pestañas, sobre mis mejillas, sobre mi labio superior y después sobre el inferior, sobre mi mentón. La lagrima bajo por mi cuello, y paseo por mis pechos, dejo un pequeño camino brillante circundando mi ombligo y más tarde se perdió entre mis piernas.
Ese día no pude parar de llorar por mi lágrima.
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1 comentario:
QUÉ BONITO EL DE "LA PARANOIA", ME HA "RECHIFLADO",
YO TAMBIÉN SIGO TUS GRITOS PEQUEÑA ALUBIA, NO DEJES DE GRITAR, QUE EL MUNDO NECESITA LETRAS, MUCHAS LETRAS...
BESOS.
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