La eternidad la coges con los dedos, con cuidado, no se vaya a romper y a dejarte en la más absoluta de las nadas. (Palabra preciosa, N.A.D.A)
La eternidad es negra y masculina.
La eternidad lleva un tanga con plumachos y medias de rejilla.
La eternidad existe en tus ojos, en los músculos de mi perro, en tu esperma. O en tu semen,
como tú quieras.
La eternidad está en mi intestino, si la queréis, abridme en canal.
La eternidad me la regaló el negro de Baltasar cuando yo tenía 8 años, "métetela por el puto culo tu eternidad de mierda", le dije, pero ni me miró.
La eternidad es una bonita palabra, es una palabra para quedar de profundo. "Nuestro amor es eterno" le dijo aquel atardecer mientras acariciaba su mano imaginando que era su coño lo que tenía el placer de estimular.
La eternidad es un carro tirado por caballos cruzando el bosque a media luz entre la niebla.
La eternidad es aquella escena de tortura que nunca acaba.
La eternidad es el hambre,
la sed,
la guerra.
La eternidad es la injusticia más grande del mundo.
Las palabras cambian de significado según quien las pronuncie, cambian de sonido según quien las escupa, cambian de forma según quien las regale.
2 comentarios:
Olé, olé y olé. Nadie me advirtió de que escribías así. Enhorabuena por el blog porque lo llevas tú sola. Sigue así que te leeremos.
Se ve que también tienes siete vidas- no sé cuántas te quedarán- y que abandonaste tu corazón entre Ítaca y Corfú. Un abrazo, Jano.
: )
Publicar un comentario